jueves, 3 de mayo de 2007

El Día de la Libertad de Prensa

Hoy se celebra en todo el mundo el día de la libertad de prensa.

Muchas instituciones y organismos mundiales coinciden en destacar la importancia de preservar, impulsar o fortalecer la libertad de prensa, como requisito indispensable para asegurar la convivencia democrática y el libre intercambio de ideas.

A nosotros, ciudadanos de América Latina y en particular del Perú, nos toca reflexionar el alta voz sobre uno de los principios más importantes de la democracia, como es el pleno respeto a la libertad de expresión.

Sin libertad de prensa, no hay democracia. Lo ocurrido en la década pasada en nuestro país —cuando algunos dueños de medios de comunicación y algunos periodistas indignos de su profesión pusieron al servicio de sus intereses más oscuros las páginas de opinión, los titulares y las portadas de algunos medios de comunicación —, aún está demasiado cerca, como para olvidarnos que la amenaza todavía sigue latente. La sola existencia de ese trágico y penoso episodio histórico, que nadie puede refutar, nos obliga a permanecer vigilantes para que nunca jamás vuelva a ocurrir algo semejante.

La compra de contenidos editoriales para resaltar una gestión gubernamental es una práctica perniciosa que atenta contra la propia dignidad y la razón de ser de la prensa responsable e independiente. Ningún gobierno tiene derecho a tratar de influir en la opinión pública mediante la compra de las líneas editoriales de los medios de comunicación.

Ningún gobernante en el mundo puede convalidar expresiones o prácticas que pongan en duda el respeto más escrupuloso a la libertad de prensa. Y aquellos que hoy en América Latina pretenden obtener o mantener la ilusión de un alto índice de aprobación ciudadana, eliminando cualquier discrepancia o rechazando los puntos de vista de las minorías, clausurando medios de comunicación opositores o arrojando al suelo las ideas contrarias, mañana serán confrontados por la Historia, que les sacará en cara la pérdida de su propia credibilidad y la ausencia de una verdadera vocación democrática para convivir con los puntos de vista ajenos.

Los que me conocen, saben que estos principios los mantengo desde siempre. Un gobernante no debe buscar los aplausos fáciles de las galerías contratadas, sino debe gobernar en función de los intereses de las futuras generaciones, aun a costa de su propia popularidad. El halago de las mayorías o los titulares periodísticos condicionados son siempre efímeros. Lo que importa es sembrar, si se quiere cosechar mañana a manos llenas. Y no importa quien coseche. Lo importante es que sirva a las mayorías.

En este día, permítanme saludar a los hombres y mujeres periodistas del Perú y del mundo. La conciencia crítica de los medios de comunicación es indispensable para asegurar el curso democrático de cualquier gobierno.

Hasta pronto




Alejandro Toledo

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