lunes, 25 de diciembre de 2006

En vísperas de Navidad

Hola,

Ha llegado el momento de compartir experiencias y de pensar juntos sobre el Perú y nuestro continente.

Soñemos una patria grande, socialmente más justa y con crecimiento económico

Estoy seguro que compartes conmigo que los mayores y más urgentes retos que enfrentamos son la eliminación de la pobreza, asegurar la inclusión social y el fortalecimiento de la democracia en el Perú y en América Latina.

Después de un breve período de ajuste a la vida cotidiana, he vuelto con mi familia a retomar mis actividades académicas en la Universidad de Stanford, como una manera de seguir profundizando mis estudios e investigaciones sobre la realidad política, social, ecológica y económica de nuestro país y de América Latina. Estoy abocado a la escritura de un libro sobre estos temas, el cual me gustaría compartirlo contigo cuando lo concluya.

Como ustedes saben, hace poco estuve en el Perú, donde he podido comprobar que nuestro país mantiene su vocación democrática, lejos de las tentaciones totalitarias y populistas de otras partes de nuestro continente. La meta común que nos hermana a todos es la lucha contra la pobreza y el fortalecimiento de la democracia en el Perú y en nuestro hemisferio.

Como dije hace algunos días en Lima a los periodistas acreditados en Palacio de Gobierno, "las discrepancias que podamos tener a nivel personal, sobre algunos temas puntuales, son miniaturas frente a la construcción de nuestro país". Ninguna pequeñez puede alejarnos de nuestro compromiso permanente de seguir al lado de nuestro pueblo, porque de allí vengo, de allí venimos. "En esto consiste la democracia: las políticas de Estado están por encima de las personas".

Hoy, de regreso a Stanford, me he propuesto abrir esta ventana de comunicación con nuestro país. Les ruego que me permitan compartir con ustedes mis reflexiones y mis esperanzas, mis compromisos y mis sueños, mi experiencia y también, claro, mis propias incertidumbres.

Este espacio es tu casa. Los invito a ingresar. La única condición es que todos amemos al Perú y trabajemos por él.

Antes de despedirme, quiero enviar un saludo en vísperas de la Navidad y del Año Nuevo. El 2007 es un año cargado de esperanzas. Deseo que en estas fiestas, como decía el gran poeta santiagochuquino César Vallejo, “amanezcamos todos desayunados”. Todos.

Con toda mi sinceridad,


Alejandro Toledo