jueves, 4 de enero de 2007

Libertad para Jaime Rázuri

Permítame empezar esta misiva expresando mi más profunda solidaridad a la familia del fotógrafo peruano Jaime Rázuri, secuestrado hace unos días por una facción disidente del grupo palestino Hamas, mientras cumplía su deber profesional en la franja de Gaza.

Espero que sus padres, colegas y amigos del Perú y el mundo, encuentren fortaleza para enfrentar estos difíciles momentos. Ojalá que este movimiento espontáneo de solidaridad mundial los ayude a superar esta terrible circunstancia, que jamás debió ocurrir.

¡Exijamos la libertad de Jaime Rázuri!

En una democracia y en un mundo civilizado, ningún argumento puede justificar el uso de la violencia, bajo ninguna de sus formas. Usar el secuestro como arma política -o como un vulgar y repudiable acto criminal-, significa privilegiar la fuerza por encima de la razón, los atropellos en lugar del diálogo, la barbarie en lugar de la convivencia civilizada.

El respeto absoluto a los derechos humanos no puede, de ninguna manera, estar subordinado al cumplimiento de objetivos políticos subalternos, por más elaborados que éstos pretendan ser. Todos tenemos derecho a la vida y al libre tránsito, y cualquier violación a este principio elemental tiene que ser repudiado por todos los demócratas del mundo, independientemente de nuestros credos religiosos o políticos.

El secuestro de cualquier periodista es, además, un crimen contra la libertad de expresión. El verdadero periodista tiene la obligación profesional de buscar siempre la verdad. Y muchas veces, en la búsqueda de ese empeño, enfrenta circunstancias difíciles, que pueden incluso poner en riesgo su propia vida. En Perú hemos padecido muchas formas de violencia, incluso contra periodistas, y estamos sumamente sensibilizados frente a cualquier asomo de arbitrariedad, venga de donde venga. Ni siquiera el estado o cualquier organización política o social, nacional o multinacional, tienen derecho a ejercer cualquier forma de violencia gratuita, y mucho menos contra seres desarmados.

El repudiable secuestro de Jaime nos obliga a reflexionar en voz alta sobre el hecho de que la democracia se basa en el respeto absoluto a los derechos humanos, la libertad de expresión y la independencia de poderes. Y esos son valores universales, por encima de cualquier consideración, que garantizan una convivencia civilizada y pacífica, en el Perú o en cualquier parte del mundo.

En mi condición de ex Jefe de Estado del Perú, invoco personalmente al Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, a agotar todos los esfuerzos posibles para devolver sano y salvo al periodista Rázuri, para beneplácito de sus familiares, colegas y amigos. También invoco a las organizaciones internacionales de derechos humanos y a los organismos gremiales de los periodistas en el mundo, a persistir en exigir la libertad inmediata de Jaime Rázuri.

Sinceramente,
(Firma de Alejandro Toledo)
Alejandro Toledo
email: alejandro.toledo.manrique@gmail.com

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